El trastorno obsesivo-compulsivo, conocido también por las siglas TOC, es un trastorno muy común entre la población. Se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones que causan un intenso malestar psicológico e interfieren de forma significativa en la vida de quien lo padece.
Una obsesión es una idea, pensamiento o imagen repetitiva que la persona considera intrusiva, involuntaria e inapropiada y que causa temor, ansiedad o malestar importante. La persona reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son el producto de su mente e intenta ignorarlos, suprimirlos o bien neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos (rituales o compulsiones).
Una compulsión es un comportamiento o un acto mental de carácter recurrente que la persona realiza de manera voluntaria en respuesta a una obsesión y con el objetivo de prevenir o reducir el malestar producido por ella y que resultan excesivos de cara a los demás y a uno mismo.
En el momento en que la persona pierde el control de estos pensamientos obsesivos, se pierde la libertad y actúa de una forma compulsiva realizando continuos rituales y comprobaciones para sentirse bien. Esto puede llegar a producir mucha ansiedad y malestar dificultando incluso, seguir la vida normal.
Es muy importante diagnosticar y tratar el TOC correctamente, asi como la detección precoz en niños y adolescentes, con el fin de ayudar a las personas a evitar el sufrimiento que esta enfermedad provoca y el deterioro del funcionamiento general.
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